El 1 de mayo de 1776, Adam Weishaupt, profesor de Derecho en la Universidad de Ingolstadt, fundó la Orden de los Illuminati, una organización secreta creada para oponerse a la influencia religiosa en la sociedad y al abuso de poder por parte del Estado, fomentando un espacio seguro para la crítica, el debate y la libertad de expresión. Inspirado por los francmasones y los filósofos franceses de la Ilustración, Weishaupt creía que la sociedad ya no debía estar dictada por virtudes religiosas; en su lugar, quería crear un estado de libertad e igualdad moral en el que el conocimiento no estuviera restringido por prejuicios religiosos. Sin embargo, el conservadurismo religioso y político imperaba en Ingolstadt en aquella época, y las materias que se impartían en la universidad controlada por los jesuitas en la que Weishaupt daba clases estaban estrictamente vigiladas.

Tras seleccionar inicialmente a sus cinco estudiantes de Derecho con más talento, la red se expandió con rapidez y sus miembros difundieron los objetivos de Weishaupt de iluminación con enseñanzas radicales, al tiempo que creaban una elaborada red de informantes que informaban sobre el comportamiento de figuras estatales y religiosas en un esfuerzo por acumular un caudal de información que los Illuminati pudieran explotar en sus enseñanzas. Con la ayuda del destacado diplomático alemán barón Adolf Franz Friedrich, Freiherr von Knigge -que ayudó a reclutar logias masónicas para la causa Illuminati-, el grupo clandestino llegó a tener más de 2.000 miembros en Baviera, Francia, Hungría, Italia y Polonia, entre otros lugares.